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Extiende la mano hacia Mí

Extiende la mano hacia Mí en la mañana, en la tarde y en distintos momentos del día. Háblame a lo largo de la jornada. Ámame y alábame. No te alejes mucho. No permitas que los intervalos entre los momentos que pasas conmigo se prolonguen cada vez más. No pierdas contacto por un instante. Basta con una palabra, una mirada.
Reserva cada día un momento exclusivamente para nosotros. Un momento que puedas esperar con ilusión. Un momento en que puedas dar descanso a tu cuerpo y recostarte en Mis brazos. Un momento en que podamos hablar, en que podamos reír, en que podamos llorar. Lo que desees hacer o lo que desees decirme, dímelo. Estaré pendiente de ti. Te espero.

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